Sus funciones consisten en vigilar y proteger tanto a las personas como a los bienes en fincas rústicas, así como en las instalaciones agrícolas, industriales o comerciales que se encuentren en ellas.
El trabajo de guarda rural, así como sus especialidades de guarda de caza y guardapesca marítimo son probablemente las profesiones de seguridad privada menos conocidas entre la población en general.
Sus funciones están reguladas en la Ley de Seguridad Privada, y básicamente consisten en vigilar y proteger tanto a las personas como a los bienes en fincas rústicas, así como en las instalaciones agrícolas, industriales o comerciales que se encuentren en ellas.
En el caso de los guardas de caza, a estas funciones, hay que añadir las de vigilancia y protección en las fincas de caza en cuanto a los distintos aspectos del régimen cinegético y espacios de pesca fluvial, o la protección de los establecimientos de acuicultura y zonas marítimas con fines pesqueros, en el caso concreto de los guardapescas marítimos.
Tales funciones se concretan en importantes actuaciones, como es la de poder proceder a la retirada u ocupación de las piezas cobradas y los medios de caza y pesca, incluidas armas, cuando aquéllos hubieran sido utilizados para cometer una infracción, procediendo a su entrega inmediata a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad competentes.
Una cuestión importante a resaltar es que esta profesión puede ejercerse tanto por cuenta propia, por lo que no es necesario constituir o estar integrados en empresas de seguridad, pudiendo prestar sus servicios directamente a los titulares de bienes y derechos del ámbito rural, con los que pueden contratar libremente.
Actualmente personas con experiencia en el sector de la seguridad privada como vigilantes de seguridad, están aprovechando tanto su formación como la experiencia acumulada, para presentarse a las pruebas de guardad rural y su especialidad de caza con lo que amplían su empleabilidad y, por tanto, sus opciones de orientar su carrera profesional a nuevas ofertas laborales.
Cumplir los requisitos está al alcance de cualquier persona, siendo los principales no tener limitaciones físicas que limiten su el desempeño de las funciones o le impidan portar o utilizar armas de fuego, así como carecer de antecedentes penales por delitos dolosos. El nivel de estudios es el de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria o equivalente.
Se realizan dos convocatorias anuales para obtener la habilitación como Guarda Rural o de sus especialidades (marzo y septiembre), siendo necesario que acrediten haber superado los módulos de formación correspondientes en los centros de formación de seguridad privada autorizados por la Secretaría de Estado de Seguridad, en relación con los cuales la Academia San Francisco presenta una dilatada trayectoria en su impartición.
Precisamente quienes estén interesados en presentar su solicitud en la próxima convocatoria tienen la oportunidad de matricularse en nuestro centro para realizar tanto el curso de Guarda Rural como la especialidad de caza con una duración de dos semanas cada uno y que iniciamos el próximo día 16 de abril en horario de tarde.
Los exámenes para la obtención de la habilitación constan de una prueba de conocimientos teóricos-prácticos y una prueba de aptitud física.
Por último, teniendo en cuenta que la provincia de Jaén es una de las provincias de España con más hectáreas dedicadas a la práctica cinegética y probablemente la mayor de Andalucía, cabe resaltar que la Comunidad Autónoma de Andalucía ha aprobado en el año 2017 el Reglamento de Ordenación de la Caza en Andalucía, que obliga a que en el plazo de un año los cotos intensivos de caza deban disponer, al menos, de una persona habilitada como guarda de caza, o que representa un panorama de nuevas ofertas de empleos en las zonas rurales.
Fuente de la Noticia: Ideal