La OCDE ha puesto de manifiesto en un reciente estudio el importante papel que desempeñan los empleados públicos en la prestación de servicios esenciales, pero al mismo tiempo ha puesto de manifiesto que en España el volumen de empleados públicos se encuentra por debajo de la media del resto de los 36 países analizados, y que, al mismo tiempo, su plantilla es una de las más envejecidas.
A pesar de que entre los años 2015 y 2020 el número de trabajadores de 55 años o más ha pasado de representar el 25% al 26% en toda la OCDE, en España esas cifras son mucho más elevadas, representando en la actualidad prácticamente la mitad del total (46%).
El problema de este envejecimiento radica en que dentro de una década la mayoría de los empleados más veteranos se habrán jubilado, generando un vacío en las Administraciones, por lo que en los próximos años, la necesidad de incorporar perfiles jóvenes y adaptar los sistemas de trabajo a las nuevas dinámicas y herramientas digitales es el mayor desafío al que se enfrentará el sector público.